viernes, 29 de marzo de 2013

Crítica a El violinista de Mauthausen de Andrés Pérez Domínguez



En París, una pareja está a punto de casarse en la primavera de 1940, pero la Wehrmacht invade Francia y él, republicano español exiliado, es detenido por la Gestapo y enviado al campo de exterminio de Mauthausen. Ella colaborará con los servicios secretos aliados, dispuesta a cualquier cosa para salvar la vida de su prometido. Entre ellos, un ingeniero alemán que ha renunciado a su trabajo en Berlín para no colaborar con los nazis, se dedica a recorrer Europa con un violín bajo el brazo. Muy pronto, las vidas de los tres se entrelazarán para siempre. El violinista de Mauthausen es su historia. En París ocupado por los alemanes, el Berlín en ruinas después de la Segunda Guerra Mundial y el campo de exterminio de Mauthausen son los principales escenarios donde se desarrolla un relato que mezcla intriga, aventura, espionaje, Historia y romance, que atrapará al lector desde la primera página



OPINIÓN

Este es un libro que narra principalmente la vida de cuatro personajes, cada uno cuenta en determinado momento la historia desde su punto de vista. El autor tiene una manera un tanto peculiar de contar la historia, mientras un personaje te cuenta su vida en el presente, en el siguiente capítulo otro personaje recuerda fragmentos de su pasado. Y eso me ha encantado, además te da una perspectiva totalmente diferente el poder ahondar en la historia desde todas estas perspectivas, haciendo la experiencia de su lectura mucho más completa.
La manera en que narra su parte de la historia el personaje de Rubén es bastante conmovedora, logra transmitir sus vivencias, sus sufrimientos, su desesperación, sus pequeñas alegrías en forma de recuerdos que le motivan para no darse por vencido, a seguir tratando de sobrevivir.

En un principio me intrigó el nombre del libro, más porque es aproximadamente hasta la mitad cuando ya hacen referencia al violinista. Al final comprendes la importancia del personaje, que finalmente es de alguna manera el detonador de la vida de los otros tres. Es realmente conmovedor cuando el violinista conoce a Rubén, la situación en que se da este encuentro, y las consecuencias que conlleva ninguno de los dos podría haberlo previsto. De alguna manera los dos quedan en deuda, porque los dos cambian su vida a partir de este encuentro, uno teniendo una luz en su tan miserable vida y el otro obsesionándose con un detalle recién descubierto. A partir de aquí es cuando se entreteje el resto de la historia.

Me ha gustado mucho el personaje de Bishop, hasta el punto de tenerle lástima, porque es el típico ejemplo de cuando estás completamente atado a tus responsabilidades, de cómo anteponen el trabajo a sus necesidades personales y al final, tienes que sufrir en silencio porque no tienes nadie a quien acudir. Claro que se merece el sufrimiento que conllevan sus decisiones, pero bueno, en cierto sentido sentí cierta simpatía por él.


Algo negativo de esta novela fue lo poco que ahonda en lo referente al holocausto, si bien menciona ciertas situaciones lo hace manera superficial, y muy rápido. Teniendo en cuenta que la novela se desarrolla durante el holocausto siento que debió dar más descripciones, pero eso no le quita valor a la novela.
Sin duda una muy buena novela, fácil de leer. 



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